
Cuando creces todo se vuelve mucho más complicado. Las cosas que te parecían tan sencillas cuando eras pequeña, como decidir a qué jugabas esta noche o qué zapatos te ibas a poner, con la edad se han convertido en auténticos dilemas existenciales. Pero lo peor es cuando algunas cosas que deberían ser simples y fáciles se vuelven más complicadas que deshacer el nudo de los auriculares. ¿Sabéis de lo que hablo? Evidentemente, del amor. ¿Qué si no? Cuando íbamos a primaria nos enamorábamos y desenamorábamos más rápido de lo que la profe explicaba el complemento directo y aun así era el amor más auténtico y sincero que hemos tenido nunca, pero sobre todo, como he dicho, fácil, era muy fácil. En primaria no había manipulación, mentiras, miedos ni juegos mentales. Todo eran notitas de amor o insultos, sin término medio. Supongo que esta es la razón principal por la que echo tanto de menos el amor de primaria. El primer novio, esos besos inocentes y una lengua algo torpe. Ideal. Y vosotras, ¿también lo echáis en falta?
-
Porque una notita de amor siempre será más romántica que un Whatsapp con “k ases?”
-
Porque podías tener tres novios y ninguno se molestaba
-
Porque no pasaba nada si te gustaba el mismo chico que a tu mejor amiga. Era lo normal
-
Porque nunca se olvidaba de tu regalo de San Valentín, aunque fuese un dibujo
-
Porque tenías claro que le gustabas si te levantaba la falda en el patio
-
Porque sabías que la felicidad existía cuando te sentaban a su lado en clase
-
Porque no te agobiabas pensando que ibais muy rápido
-
Porque entendía perfectamente que te lo pasabas mejor jugando con tus amigas
-
Porque resultaba más divertido que la profe os pillase tonteando que tus padres en pleno…
-
Porque iba a buscarte con su bici y te parecía súper guay
-
Porque un castigo era más divertido cuando lo compartías con él
-
Porque sabías que era amor verdadero cuando te insultaba